Gabinete de Fernando IV

Tras superar las Salas de las Estaciones, nos encontramos en un ambiente íntimo y acogedor, pero extremadamente refinado. Es el gabinete de Fernando IV, donde el soberano se retiraba para escribir y reflexionar en tranquilidad.
Para decorar la estancia, el rey pidió consejo al pintor de corte Jacob Philipp Hackert y confió los trabajos a Carlo Vanvitelli. El resultado es una sala de atmósfera severa y aristocrática, obtenida gracias a un estilo neoclásico de inspiración alemana, en consonancia con los orígenes de la reina María Carolina. A este estilo remiten los siete medallones de Carlo Brunelli que representan las Virtudes del Reino ilustrado de Fernando, así como los cuadros de Hackert con las vistas de los sitios reales más queridos por el rey.
Pero las obras maestras de la sala son los muebles realizados por el célebre ebanista alemán Adam Weisweiler, procedentes de Fráncfort: los paisajes en oro de sus decoraciones responden a un gusto oriental muy difundido en las cortes europeas del siglo XVIII.