Una obra de ingeniería vanvitelliana
El Acueducto Carolino es una obra de ingeniería hidráulica diseñada por el arquitecto Luigi Vanvitelli. Su construcción, iniciada en 1753, permitió realizar el sueño del rey Carlos de Borbón. Gracias al acueducto, el agua llega al Parque Real del Palacio Real de Caserta a la altura de la cascada, desde donde desciende para alimentar el articulado sistema de estanques y fuentes tras recorrer 38 kilómetros. El acueducto inicia su recorrido a los pies del Monte Taburno, en Bucciano, en territorio de Airola, donde capta las aguas de los manantiales del Fizzo a una cota de 243 metros s. n. m. Su conducto continúa en gran parte subterráneo, señalado en superficie por 67 torrecillas funcionales al control y a la ventilación. Para completar la obra fueron necesarios 17 años y una suma total de 622.424 ducados. En 1826 Antonio Sancio, administrador de los sitios reales de San Leucio y Caserta, definió la obra como «una de las más singulares que existen en Europa». El acueducto es la construcción que más impresiona a los visitantes extranjeros desde el siglo XVIII.
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Las investigaciones de Vanvitelli
Antes de construir el Acueducto Carolino, Luigi Vanvitelli trabajó en el territorio en busca de una fuente. La cuenca a la que recurrir debía ser capaz de garantizar no solo la realización del Palacio Real de Caserta, sino de un proyecto mucho más amplio. El arquitecto encontró las aguas de manantial necesarias mientras seguía las huellas del Aqua Iulia, el acueducto que en época romana había abastecido la antigua ciudad de Capua. La elección recayó en los terrenos del Duque de Airola, en la zona del Taburno, donde Vanvitelli descubrió una riqueza de agua suficiente para dar inicio al acueducto.
El recorrido del acueducto
Antes de llegar al Palacio Real de Caserta, el Acueducto Carolino sigue un largo recorrido que atraviesa las actuales provincias de Benevento y Caserta. El conducto pasa por los municipios de Bucciano, Airola, Moiano, S. Agata de’ Goti, Durazzano, Valle di Maddaloni y Caserta. El acueducto, que discurre en su mayor parte subterráneo, sale a la superficie en algunos puntos mediante puentes-canal. Entre ellos se recuerdan el Puente Carlos III situado en Moiano, el puente que atraviesa el Valle de Durazzano y los más famosos “Puentes del Valle”, donde el conducto cruza el Valle de Maddaloni mediante una estructura de tres órdenes de arcadas, de 60 metros de altura y unos 500 metros de largo.
El abastecimiento del territorio
La visión de futuro del proyecto de Carlos de Borbón queda demostrada por el hecho de que el Acueducto Carolino abastecía no solo al Palacio Real de Caserta, sino también a otros centros del territorio. Antes de llegar al Parque Real, una rama se desprendía del acueducto para alcanzar San Leucio, mientras otra rama partía desde la Fuente de los Delfines y se dirigía hacia el Real Sitio de Carditello, sirviendo también a los municipios atravesados a lo largo del trayecto. En el proyecto original, el Acueducto Carolino debía servir también para otro propósito: potenciar el abastecimiento hídrico de la ciudad de Nápoles. Por ello se construyó el llamado “Tramo de San Benedetto”, el acueducto que tomaba las aguas procedentes de las fuentes del Parque Real del Palacio Real de Caserta y las introducía en el Acueducto Carmignano, del siglo XVII, avanzando así hacia Nápoles.